El Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán se abocará al debate de una iniciativa de gestión menstrual. Las autoridades del cuerpo recibieron formalmente un anteproyecto de ordenanza para garantizar que en los centros de salud municipales se distribuyan toallitas, tampones y copitas entre personas vulneradas que estén menstruando.
El presidente del cuerpo, Fernando Juri, recibió la propuesta de la agrupación Muchachas Peronistas. “Tuve el gusto de recibir a las compañeras. Bajo el lema ‘Feminismo es Justicia Social’, trabajan intensamente en la defensa de los derechos de la mujer, que apoyamos decididamente”, explicó el presidente del Concejo. “Es una gran propuesta, con un fin loable, será tratado en las comisiones”, agregó. En el encuentro, estuvo acompañado por los ediles de la bancada Sara Assán, José Coronel y Gonzalo Carrillo Leito.
La iniciativa tiene por objetivo “reconocer y garantizar el derecho a la salud menstrual a través de la promoción del acceso igualitario a la gestión menstrual, en condiciones dignas de información, higiene y salud”, establece el primer artículo, declarando de interés municipal la promoción del derecho a la salud menstrual.
“En Argentina, una persona que menstrúa puede gastar entre $ 3.233 y $ 4.172 al año en elementos de gestión menstrual. Las personas que menstrúan que pertenecen al sector más pobre de la población deben gastan alrededor del 10% de sus ingresos en elementos de gestión menstrual, de acuerdo a un relevamiento del sitio especializado Economía Feminista. Es decir, los elementos de gestión menstrual suponen un gasto que sufre la mitad de la población, que es justamente la que tiene menores ingresos que la otra mitad (por la brecha salarial de género) y que peor aún incide en mayor medida sobre el sector más pobre. De esto se trata la feminización de la pobreza y justamente por ello es que el Estado debe adoptar medidas”, agregó el texto.
“La Municipalidad debe garantizar la provisión gratuita de elementos de gestión menstrual a todas las personas vecinas que menstrúan que se encuentran entre la menarca y el climaterio, y que estén en situación de vulnerabilidad económica, social, educativa o cultural”, reza el artículo tres de la propuesta.
“El programa de gestión menstrual nace de la necesidad de las mujeres, personas trans e identidades no binarias y se encuentren en situación vulnerable. Más allá de la entrega de productos, este programa va acompañado de encuentros de concientización y capacitación para garantizar el acceso a información y erradicar los tabúes. Se busca promover diferentes alternativas que sean respetuosas del medio ambiente, como la copa menstrual o las toallitas reutilizables”, planteó a LA GACETA Carolina Peralta, de Muchachas Peronistas.
“Una de las caras más crudas es que adolescentes y mujeres en peores condiciones de pobreza faltan a la escuela y a sus trabajos porque no tienen dinero para comprar estos productos, entonces faltan. Es una causa del ausentismo escolar. Es una temática ignorada, es fundamental brindar los elementos gratuitamente a quienes lo necesitan y brindar información para que deje de ser un tabú algo que le pasa a la mitad de la población”, agregó Peralta.